como buena perra sale a caminar por la calle. es la hora de almuerzo. busca un buen hueso.
su pellejo brilloso resistente al frio y perfecto para el calor, se adecua a cualquier temperatura, a cualquier espacio y a cualquier compañia. sale. camina. trota y hasta se podria decir también corre.
esta perra con alma de gata -una de las tantas contradiciones que ire develando- aprieta el estomago y divisa a lo lejos un can. aprieta el estomago. no sabe si atacar o dejar ser atacada.
se queda quieta en la esquina. mirando, acechando cuidadosamente a la presa, y al mismo tiempo jugar al rol de ser ella la presa. miradas se cruzan. olores a lo lejos llegan hasta su nariz. ella mueve la cola. el le mira la cola. se queda quieta. el parece que se acerca. se detiene pero con el paso del acecho. ella espera en la esquina. espera...
suena el celular. contesta. ya es tarde. para variar. para la combi. sube a la "S" - todo ejercito, salaverry, la marina-. al costado de ella un señor medio dormido que tambien regresa a su casa. ella mira por la ventana sucia al can que se ha quedado en la esquina. él aún sacando la lengua. ella solo lo mira. solo le queda ladrar.
su pellejo brilloso resistente al frio y perfecto para el calor, se adecua a cualquier temperatura, a cualquier espacio y a cualquier compañia. sale. camina. trota y hasta se podria decir también corre.
esta perra con alma de gata -una de las tantas contradiciones que ire develando- aprieta el estomago y divisa a lo lejos un can. aprieta el estomago. no sabe si atacar o dejar ser atacada.
se queda quieta en la esquina. mirando, acechando cuidadosamente a la presa, y al mismo tiempo jugar al rol de ser ella la presa. miradas se cruzan. olores a lo lejos llegan hasta su nariz. ella mueve la cola. el le mira la cola. se queda quieta. el parece que se acerca. se detiene pero con el paso del acecho. ella espera en la esquina. espera...
suena el celular. contesta. ya es tarde. para variar. para la combi. sube a la "S" - todo ejercito, salaverry, la marina-. al costado de ella un señor medio dormido que tambien regresa a su casa. ella mira por la ventana sucia al can que se ha quedado en la esquina. él aún sacando la lengua. ella solo lo mira. solo le queda ladrar.
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