claro que también puedo convertirme en señorita
y decidí convertirme en señorita por una noche. ¿que tal?. como mujer polifacética, he aprendido a hacer buen uso de las máscaras. ¿no me crees? y no para transformarme sino para adecuarme a cualquier espacio nuevo. ese día tenia ese evento que simplemente había estado evadiendo mucho tiempo, claro que te conte, pero la realidad ya escapaba un poco al tiempo. era el día en que tenia que colgar un poco las faldas negras, los jeanes y las zapatilas.
el lugar: una casa aburrida llena de gente media aburrida. la situación: la típica reunión seudo-familiar (porque literal no era mi familia!). obligación y deber. quedar bien con los bolsillos de mi madre. convenida. por supuesto.
lo obvio. no tenia nada en mi armario que me pudiera poner para esta hermosa cena. tuve que recurrir al engreimiento para poder hacer una compra relámpago financiada por mi madre.
las 9 de la noche. el lugar como me lo había imaginado. tan terrible y aburrido como lo presentía. desde que entre lo único que quería era irme. hice un pequeño recorrido de mirada. nada. nada. nada. nada. o eran muy tíos o muy chibolos o muy aburridos. lo único que vi fue alcohol por montón. claro. por lo menos algo que valía la pena. desde que me senté a la mesa no paraba de mandarme mensajes con mi ex. el plan: chupar todo lo posible y luego darme el encuentro con él.
alcohol viene y va. baile con el tío, baile con la tía. yo ya estaba en plan de bailar hasta con el mozo si me lo pedían...
en un momento alguien se acerco, solo me acuerdo que tenia una camisa verde. se acerco y me dijo: ¿quieres fumar? (y obviamente no se refería a cigarros). no lo pensé ni una vez. salimos. o entramos mejor dicho. ni le dimos un par de pitadas y ya estábamos agarrando. no se cuanto tiempo estuve ahí. me acuerdo que en momento me dijo: vámonos de aquí. y ahí me acorde que no estaba sola. que había venido con mi familia. y que mas tarde me esperaba mi ex en su casa. tiempo detenido. volvimos agarrar sin parar. hasta que me pude escapar con la excusa del baño y volví al salón donde estaban todos. obvio que nadie se dio cuenta de mi desaparición.
no se ni como se llamaba, ni amigo de quien era (porque no era familiar). en fin, solo me acuerdo que tenia una camisa verde y que besaba muy bien.
dos horas después estaba en la casa del imbecil de mi ex. como siempre. él ni enterado. no era necesario contarle nada. todo esta "perfecto"
al día siguiente, en mi casa. tomo mi ducha domingera a las 12 del medio día. mientras me miro al espejo para peinarme veo algo en mi cuello. tenía un hermoso adorno camuflado detrás de mi oreja derecha. ¿como llego ahí? memoria, memoria... la imagen del chico de camisa verde llega a mi cabeza.
durante una semana no supe nada de mi ex. sin embargo, el siguiente viernes religiosamente recibía un mensaje en mi celular: habla, que haces?
de alguna forma lo hice, ¿no crees? escape y burle el disfraz de señorita, que baila con la tía y el tío. pero ves, la esencia esta en mi todo el tiempo. un perfume con olor a perra